La fibrosis de la médula ósea es una enfermedad crónica rara de las células hematopoyéticas de la médula ósea. Se benefician de los fármacos inhibidores de JAK2: alivio de los síntomas, supervivencia prolongada y mejora de la calidad de vida. Sin embargo, dos o tres años después de comenzar el tratamiento, algunos pacientes desarrollan un linfoma de células B agresivo. En estrecha colaboración con investigadores de Viena, MedUni y Vetmeduni, los inhibidores de JAK2 despertaron el linfoma "latente" y el cáncer en la médula ósea por primera vez.
Utilizando la biopsia de médula ósea al comienzo de la enfermedad, se encontró que el 16% de los pacientes con mielofibrosis tenían linfoma agresivo latente. En aproximadamente el 6% de estos pacientes, cuando se estimula con inhibidores de JAK2, estalla. Según los hematólogos, si se utilizan técnicas sensibles de biología molecular para buscar activamente linfoma latente, es posible detectar linfoma latente. Esta es la mejor herramienta predictiva que nos permite seleccionar al 16% de los pacientes identificados como pacientes de alto riesgo antes del tratamiento con inhibidores de JAK2.
Se demostró en un modelo de ratón que los ratones que se habían sometido a un trasplante de médula ósea también desarrollaron linfoma. La cooperación multilateral es un buen ejemplo de cómo la investigación en general se ha abierto y la importancia del intercambio de datos en la medicina. El siguiente paso: la recopilación de casos internacionales y datos relacionados ha comenzado a mejorar aún más la seguridad de los medicamentos, y los investigadores están trabajando en estrecha colaboración con las compañías farmacéuticas que producen estos medicamentos estándar. Establezca un puente rápido, eficiente e innovador entre los modelos de ratón y los descubrimientos clínicos, combinando a la perfección la investigación básica, el trabajo preclínico y clínico para beneficiar a los pacientes con cáncer.